Y llegué a Uyuni.

Uyuni (Bolivia) - 15/Jul/2014 - Unos 5700 Km.

Nota: tienes una referencia más enfocada a los cicloviajeros en la página "San Pedro a Uyuni" de este blog.

Uyuni no es una etapa más en un viaje en bici por Sudamérica. Es un lugar del que llevas oyendo desde que pisas el continente. Recibes consejos de otros ciclistas que ya han pasado por allí y te advierten de las duras condiciones para llegar y atravesar el Salar, la necesidad de mantener la mente lúcida, las carreteras, el frío....Es como una presencia que te acompaña desde el inicio de tu viaje!!!
Tras haber leído las experiencias extremas de otros viajeros en bici, tenía claro que no quería heroicidades e iba a tratar de reducir el sufrimiento al estrictamente necesario. Con esa idea, el viaje resultó mucho más bonito de lo que pensaba y  mucho menos extremo. La guía fundamental para el viaje es el PDF Cycling South West Bolivia, que fue creado en el 2009. Ahora las cosas han cambiado. Puedes no sufrir demasiado si no quieres. Hay jeeps que pueden rescatarte de una situación complicada y catapultarte a lugar seguro por unos 5 a 15 €. Hoy por hoy, llegar al Salar es "saltar con red". Sigue siendo hermoso, pero ya no te juegas la vida -siempre que lleves un GPS-. Quiero romper una lanza en favor de las personas que no tenemos alma de héroes y que vemos/veíamos el camino al Salar con un miedo que ya es infundado. Todo eso no quita que, probablemente, haya sido el tramo más duro y bonito de mis 7 meses de viaje.

Siguiendo el PDF, me proveí de comida para 10 día y agua como para 3, así que en el momento de salir de San Pedro de Atacama mi bici estaba sobrecargada con unos 33 Kg y 10 litros de agua -lo normal son unos 17 Kg + 2 de agua-. Me costaba mantener el equilibrio!! A lo primero que me enfrentaba era a la subida de unos 40 Km desde San Pedro -2400 msnm- hasta la entrada a Bolivia en Hito Cajón -4600 msnm-. La carretera es parte del Paso Jama que ya conocía y la ruta asfaltada no reviste una belleza particular, así que hice dedo y un señor que iba a 30 Km al final prolonga su camino y me deja en el puesto fronterizo. Un día o dos ahorrados junto con un terrible esfuerzo sin mucho sentido.


Al entrar en Bolivia el mundo cambia: carreteras muy arenosas, multitud de bifurcaciones, carreteras paralelas y que se cruzan sin señalización alguna. El primer día no quería apurar y hacer sólo unos 20 Km para irme aclimatando a la altitud. Pasé lugares mágicos como las lagunas blanca y verde con el volcán Licancábur -5916 m- al fondo.


Un poco tarde y exhausto llegué al lugar para refugiarme que consistía en unos muros de piedras de como un metro y medio de alto, formando como unos cuartos minúsculos y sin suelo ni techo, a unos 4300 msnm. Esa noche tuve una sensación de frío intenso. Por la mañana, las botellas de agua congeladas dentro de mi tienda de campaña me confirmaron que había hecho fresquete.

Al día siguiente ya era una etapa seria. 35 Km hasta Polques, pasando por el Paso del Cóndor -4735 msnm-. Tras llevar pedaleando unas horas fui a mirar mi cuenta kilómetros y no estaba!! En una de las múltiples caídas debidas a lo arenoso del terreno, junto con el viento lateral y el sobrepeso de la bici, hicieron saltar mi cuenta kilómetros. Volví a buscarlo y lo encontré.... escachado por uno de los pocos jeep que transitan por allí!! Al principio no me lo creía, pero luego me di cuenta que aunque la pista era ancha, todos circulamos por los dos raíles no tan arenosos marcados por las ruedas de los jeeps, así que no era tan raro que me lo hubiesen escachado.

Para mí el cuenta kilómetros es lo que me indica cuánto falta para la siguiente fuente de agua o el siguiente lugar para refugiarme. El PDF te indica todos esos kilómetros en varios mapas, pero sin cuenta kilómetros esos mapas quedan cojos. Pensé en abandonar y volver a San Pedro. Era mi primer día en serio en el sur de Bolivia, todavía tenía el miedito metido y adentrarme por esos lares sin saber exactamente dónde encontrar cobijo me parecía muy arriesgado. Pero qué demonios!!!

Decidí seguir. A ojo sé más o menos mi velocidad y con el reloj podía estimar los kilómetros recorridos, así que volví a enfrentar el Paso Cóndor. Tras un giro de la carretera hacia el este, de repente, me vi con un potente viento... de cola!!! Subir el Paso fue coser y cantar. Pedaleaba casi como si estuviese llaneando en asfalto!! Sobre las cuatro de la tarde llegué a Polques y me vi a una pareja de australianos en bici que estaban ya con sus bicis en un jeep y que por 15 € se iban directos a Uyuni en 4 horas. Habían dormido en Polques la noche antes y ese día fueron incapaces de avanzar más lejos. Yo seguía intranquilo al no tener cuenta kilómetros, por lo que estuve tentado a irme con ellos, sabía lo que me esperaba al día siguiente, pero tenía que estrellarme antes de abandonar.
Polques fue un oasis. Un restaurante con una terma fuera, donde nos bañamos los trabajadores del restaurante y yo durante varias horas sin las hordas de turistas que venían a horas concretas, llenaban la terma y se iban en sus jeeps tan rápido como aparecían. A nosotros se nos hizo de noche arrugaditos en ese agua a 40 ºC mientras fuera la temperatura se medía en negativo. Doña Alejandrina y el resto de la gente del restaurante fueron encantadores conmigo y pude comer, cenar, dormir -puse mi aislante y saco de dormir en un rincón del restaurante- y desayunar por 32 bolivianos, unos 3 €!!!


Al día siguiente sabía que me esperaba lo mismo que a los australianos: la ascensión de 25 Km desde Polques -4400 msnm- hasta el Paso Sol de Mañana -4950 msnm-. Los primeros 10 km fueron muy buenos. La bici no se enterraba mucho y el viento era lateral. Tras unas dos horas de pedaleo la carretera giró al oeste y comenzó la subida a Sol de Mañana. Seguía con buena parte del peso con el que había salido de San Pedro, la carretera se mantenía muy arenosa, pero al igual que en otras ocasiones de mi viaje, lo peor de todo era el viento. Ese mismo viento que me había subido en volandas al Paso Cóndor, ahora estaba lastrándome como si arrastrara una carreta de piedras. Era un viento brutal y gélido. Rodaba al máximo de mi fuerza sin poder superar unos lamentables 3 o 4 km/h. A esas velocidades las ruedas se enterraban en la carretera arenosa y provocaban caída tras caída. El paisaje era hermoso: llanuras y montañas suavizadas por el potente viento que no me proporcionaban el más mínimo refugio para montar mi tienda de campaña. Calculé que a esa velocidad era probable que se me hiciera de noche antes de llegar al lugar para refugiarme en la cima. Tratar de montar mi tienda a cerca de 5000 msnm y con semejante viento era una locura. Tras varias horas de lucha, le di media vuelta a mi bici y como una moto bajé de nuevo a Polques.

Por Polques hay tráfico de jeeps que van con turistas y otros que regresan vacíos. Hablé con uno de los últimos y por 5 € me llevó a Alota. Este pueblo está fuera de la ruta del PDF. Hasta allí se llega siguiendo las indicaciones de Andes By Bike -sketch map-. Según muchos cicloviajeros, esta ruta te aporta tres cosas importantes: es la que usan los jeeps que van vacíos hacia Uyuni por lo que no estás solo, pasas por más pueblos y la carretera está mejor conservada al ser más principal. Por contra, no ves algún atractivo como el árbol de piedra, pero mucha gente dice que el esfuerzo no merece la pena.

Esa noche dormí en Alota en un alojamiento por 3 €. Cené en la habitación aunque podía haber ido a un comedor y no haber cargado tanta comida. De hecho, a partir de ahí podía haber dormido cada noche en un alojamiento de un pueblo por un precio parecido y podía haber comprado comida o haber ido a un comedor. La cantidad de comida que había cargado desde San Pedro había sido disparatadamente excesiva e igual con el agua.

A partir de aquí los jeeps giran directo hacia Uyuni, al norte del Salar. Yo seguía hacia la entrada sur del salar, con lo que tuve unos días de soledad casi total en la ruta. No hay señalización y multitud de bifurcaciones que te confunden. Creo que no hubiese podido conseguirlo sin un GPS.

El primer tramo fue Alota -3850 msnm- a San Agustín-3865 msnm- . La carretera es dura pero se pasa por una quebrada con un bofedal -humedal- lleno de llamas que me alegraban el día pese al duro viento lateral, la carretera arenosa y un paso a unos 4275 msnm. Llegué  exhausto pero alcancé el pueblo a media tarde.


El segundo tramo me llevó de San Agustín -3865 msnm- a San Juan-3705 msnm-. Ni un solo vehículo en todo el día y tantas bifurcaciones que incluso con el GPS hubo momentos en que pensaba que no podía pasar y que tendría que acampar. Afortunadamente el viento había desaparecido y, además, encontré el camino para seguir pese a que en ocasiones tuve que arrastrar mi bici por encima de dunas que se comían la carretera en un paisaje desértico.


El tercer tramo me llevó de San Juan -3705 msnm- hasta el Hotel de Sal de Puerto Chuvica -3700 msnm inicio del Salar- El 7 de julio, el mismo día que se celebraba el primer encierro en Pamplona, yo subía a un mirador en Puerto Chuvica a contemplar la infinita extensión blanca del Salar de Uyuni, el más grande del mundo! La vista era grandiosa y el alojamiento un lujo: un hotel construido con bloques de sal extraídos del Salar!!


El día siguiente tocaba adentrarse 40 km por una inmensidad de sal hacia la Isla Incahuasi. Es increíble rodar por un mar de sal, sin necesidad de seguir ninguna ruta, sólo la dirección que marcaba mi GPS en un horizonte blanco.


En principio parece que las montañas del borde del salar te ayudan, pero tras horas de pedalear y seguir viéndolas en el mismo lugar, te crea una sensación rara de no estar moviéndote. Hay que mantener la cabeza fría y no venirse abajo por la sensación visual de inmovilidad.

Al llegar a la Isla conocí a Jorge, un madrileño que me comentó que se iba ya para acampar en mitad del salar. Yo comí y salí una media hora más tarde con la misma intención. Me alejé del circo turístico de la Isla y disfruté de la guinda del pastel de esta aventura Boliviana.


Acampar en el Salar fue extraordinario. Las nubes coloreadas de rojizos por el oeste y violetas por el este fue un espectáculo único. Eso sí... la botella que tenía a un palmo de mi cabeza amaneció congelada!!!

Al día siguiente los 50 km para salir del salar me los planteé de forma diferente. No hacía caso a lo que veían mis ojos en una distancia inalterable y cada hora paraba y descansaba. Almorcé al mediodía y por la tarde conseguí salir del Salar sin agobios. Llegué a Colchani donde conseguí un alojamiento económico.

Ya sólo me quedaban 23 km hasta Uyuni. Al día siguiente los pedaleé por una carretera sin mucho encanto ni dificultad. Cuando me faltaban unos 500 m para llegar al pueblo escuché CÉSAR!!!! y recibí un regalo totalmente inesperado y hermoso!!!!


Ellos iban hacia el Salar y yo hacia Uyuni. Una pena!!!! Tal vez nos veamos en La Paz. Sería un placer!!!

Al llegar a Uyuni me cayó otro regalazo. el 11/Jul/2014 se celebró el 125 aniversario de la fundación de Uyuni, con lo que estaban organizados desfiles, actos musicales, etc. Una bonita forma de ver a una sociedad orgullosa de sus raíces.


Llevo poco en Bolivia, pero cada día ha sido extraordinario, intenso y entrañable. Me alegro de haber superado mis miedos iniciales y haber vivido estos días inolvidables!!!

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PD: nuevo vídeo de Dan, Alice, Koby y Ava Fei. Una forma maravillosa de combinar vida familiar y aventuras.

Aviso a navegantes.

La Paz (Bolivia) - 22 julio 2014.

Parecía imposible, pero me han llegado las prisas. El 13 de agosto tengo el vuelo de vuelta desde Lima y haciendo cálculos, no llegaba pedaleando desde Uyuni, así que decidí tomar una guagua hasta La Paz y pedalear desde allí hasta Cusco -Perú-, donde termina mi aventura.

Durante el bus nocturno comencé a leer la Lonely Planet de Bolivia. Me pareció un poco exagerada las advertencias sobre inseguridad. Al llegar me fui a caminar por calles céntricas confiado de que un domingo a las 10 de la mañana no había peligro.

De repente, lo que había leído en la guía se fue cumpliendo paso por paso:

En un momento una turista me preguntó por una calle en su plano. Me dijo que era chilena pero su acento era raro. Seguimos hablando mientras caminábamos y, en breve, pasamos por un señor sin uniforme que se identificó como policía mostrándome su placa que llevaba en una cartera. Nos pidió nuestros pasaportes. La turista chilena le dio su pasaporte y yo le mostré una fotocopia del mío. Me dijo que tenía que llevar el original, pero de todas formas teníamos que pasar por el puesto de inmigración para sellar la fotocopia y el pasaporte de la otra turista. Ella me explicó que ya le había pasado lo mismo en Cochabamba -otra de las grandes ciudades de Bolivia- y que el trámite había sido rápido. Nos explicó el policía que inmigración estaba un poco lejos, así que iba a parar un taxi. Al cabo de unos segundos paró un taxi con solo una pegatina de taxi pero sin el letrero de taxi oficial en el techo -muy habitual por aquí-. El taxi paró a unos escasos metros de nosotros. La turista se metió inmediatamente en él. Yo comencé a seguir sus pasos. Tal vez di uno o dos. En ese momento se me encendió una lucecita, un déjá vu. ¡Todo esto lo acababa de leer unas horas antes! Me paré en seco y le dije al señor que él no tenia uniforme y que el taxi no era oficial, así que no iba a subir. Afortunadamente no se puso violento. Se dio cuenta que los había descubierto. Disimuló diciéndome que igualmente yo tenia que pasar en algún momento por inmigración para sellar la fotocopia, se metió en el taxi y se fueron los tres.

Entre tres intentaron un secuestro exprés. Si no hubiese leído la guía esa madrugada hubiese picado el anzuelo que pasó rozando mi boca abierta.

El secuestro exprés suele consistir en retenerte hasta vaciar tu cuenta con tu tarjeta de crédito.
No obstante, he hablado con gente de fuera que vive aquí y me dicen que fue mala suerte, que en el día a día no es normal eso, que estuviese tranquilo.

Al final no pasó nada y me sirvió para poner los pies en el suelo y subir la guardia después de tanto tiempo en las montañas. Creo que fue hasta buena suerte el hecho de recibir esa advertencia.

Ese mismo domingo de mi llegada, por la noche, me sentí un poco resfriado y quise tomar una pastilla. Era ya tarde y aun no había comprado agua, así que tome agua del lavamanos como he hecho muchas veces en este viaje... hasta el martes no he parado de ir al baño. Todavía no estoy bien aunque mucho mejor que ayer. Ha sido la descomposición más fuerte de estos 7 meses. En este tiempo he seguido leyendo la guía y dice que el río que pasa por La Paz es el más contaminado de todo el país. He preguntado a la gente de aquí y me dicen que beben agua embotellada o hervida. Sé que la primera advertencia cuando se viaja a ciertos países es no beber agua de la llave -canilla- pero subestime el peligro tras varios meses tomando agua de los ríos, lagos, grifos, etc.

Por ahora La Paz no está siendo tan pacifica para mí. Hay gente que me pregunta si no tengo miedo en acampar en las montañas lejos de cualquier pueblo y yo siempre respondo que los riesgos están en las ciudades, como me ha quedado claro en La Paz.


Kiticagas!

Copacabana (Bolivia) - 30/julio/2014 - Unos 5700 Km.

Contemplar una puesta de sol desde la playa y puerto de Copacabana, en la parte boliviana del Lago Titicaca, se asemeja mucho a verla desde un pequeño puerto de Canarias en un día de mar calmado: el trasiego de los barquitos, las gaviotas revoloteando y el suave movimiento del reflejo rojizo del sol en la inmensidad del agua. La escena es parecida salvo por un detalle imperceptible en esos momentos: estoy a 3806 msnm, 100 metros por encima del Teide, el pico más alto de España!!   El Lago Titicaca es el lago navegable màs alto del mundo....  Kiticagas!!


Una vez que el sol desaparece, la temperatura te recuerda dónde estás. Alrededor tuyo pequeñas lomitas se elevan sobre los 4000 m, algunas más altas tienen sus picos cubiertos de nieve. Copacabana es un pequeño pueblito muy turístico que casi toca la frontera peruana y que es la principal vía boliviana de acceso al lago.


A una hora en bote está la Isla del Sol. Los Incas consideraban que era el lugar donde nació el Sol. La llamaban Tití Khar'ka -roca del puma- de donde le viene el nombre al lago. Es una isla en la que no hay coches y la única comunicación es a través de caminos tradicionales de tiempo de los incas.

Pasé en la isla un día y una noche que aproveché para cruzarla en un trayecto circular.  Pude disfrutar de algunas ruinas incas y de las extraordinarias vistas del lago Titicaca!!


Adiós Bolivia.

Juli (Perú) - 31/Julio/2014 - Unos 5770 Km.

Ya dejé atrás Bolivia. Un país extraordinario!!! Aproximadamente tiene el doble de superficie que España y una población de unos 10 millones, frente a los casi 50 en España. Sus paisajes son variados y hermosos. Gran parte del país está en la cuenca Amazónica y otra parte en el altiplano con lugares mágicos como salares, lagos, etc. De hecho, probablemente los mejores días de mi viaje lo han supuesto la ruta de entrada por el sur hasta Uyuni, pero no sólo el salar, sino toda esa ruta desértica y hermosa.

He pasado aquí cerca de un mes, aunque pedaleando menos, pues parte de mi tiempo lo pasé recuperándome en La Paz de mis problemas estomacales -sin duda, lo peor de mi viaje-.  La impresión que tengo de la gente de Bolivia es muy distinta a la que guardo de chilenos y argentinos. En Bolivia he notado una distancia de los lugareños con los extranjeros. Son personas formales y correctas, pero no he podido compartir con casi ninguno una comida, tomar algo, charlas, pedaleos... Cosa que sí era habitual en Chile y Argentina cuando encontraba gente.

Bolivia tiene una población con un  alto porcentaje de indígenas, lo cual la convierte en un país pintoresco donde puedes observar costumbres arraigadas desde tiempos precolombinos. Es muy admirable que conserven  sus tradiciones, pero existe también una barrera lingüística debido a que muchos hablan una mezcla de castellano y quechua o castellano y aymara, con lo que las conversaciones que trataba de tener no eran todo lo fluidas que me hubiese gustado. Por otro lado me dejó un gusto amargo el encontrarme con una barrera cultural con este pueblo sufrido. Creo que su historia les condiciona mucho. Primero fueron los atropellos cometidos en la conquista castellana y una vez pasada la descolonización han sufrido muchos ataques por parte de sus vecinos con consecuencias muy graves como es la pérdida de grandes extensiones de su territorio que han pasado a manos de sus vecinos, incluso arrebatándoles la salida al océano que Bolivia tenía hasta el final de la Guerra del Pacífico en 1883. Esos hechos forman parte de su cultura indígena, que en este país sigue estando muy presente.

Bolivia es un país que merece mucho la pena visitar como parte de una ruta por Sudamérica, pero conviene tener presente la historia de su pueblo para poder comprenderlos.


Evo Morales, primer presidente indígena -aymara-, con la Whipala, bandera que aúna a los pueblos indígenas de Sudamérica. 

Contra pronóstico...LLEGUÉ!!!

Machu Picchu (Perú) - 9/agosto/2014 - Unos 6000 Km.

Hace unos dos meses me planteé que tenia que comprar el billete de vuelta a casa. Busqué un objetivo hacia el norte y decidí que el final de mi viaje iba a ser Machu Picchu, una de las 7 maravillas del mundo!!! Ya fuera gracias a mi propio pedaleo o con ayuda, allí iba a dar por concluido mi viaje. Hoy visité Machu Picchu. Lo conseguí!!!



No obstante, el viaje hasta aquí no fue cuesta abajo. Al salir de Copacabana, Bolivia, pedaleé dos días para llegar a Puno, Perú. Volví a sentir la curiosidad de la gente, sus saludos y su apoyo. El segundo día paré en un quiosquito para comprar pan y atún. La lata ponía 'grated fish' y al abrirla tenia un nítido olor a pescadería. Al no estar caducada y como era un producto elaborado en Perú, me comí los bocatas. Ya por la noche, en el hostel de Puno, me dio un intenso dolor de barriga y descomposición. Otra vez!! No estaba dispuesto a perder otra semana como en La Paz, así que me provoqué el vomito varias veces hasta vaciarme, comencé inmediatamente con el antidiarreico, la solución de hidratación y a comer pan blanco. En 24 horas se había controlado las visitas al baño y tras otras 24 horas comiendo arroz con pollo, que aproveché para visitar Puno, di por finalizada la recuperación. Mucho más rápido que en La Paz!!


Me faltaban unos 400 Km para Cusco, centro del esplendor del imperio Inca y puerta de entada hacia Machu Picchu. Calculé que con mi debilidad me llevaría unos 5 días. No tenia ese tiempo. Agarré un autobús y me planté en Cusco en pocas horas. No hubiese querido terminar en bus mi viaje, pero si quería reservarle algunos días a conocer el legado inca, no tenía alternativa!!


Tuve la suerte de encontrar un hospedaje lleno de ciclistas -Hospedaje Estrellita, calle Tullumayo 445-. Pese al autobús, llegué con poco tiempo. La ciudad de Cusco se merece varios días de exploración, el valle encantado otros tantos y Machu Picchu otros cuantos por su difícil acceso. Decidí volverme un turista convencional y contratar un tour "todo incluido". El famoso trekking "Camino del Inca" requiere reservar con un año de anticipación en temporada alta. Su alternativa más famosa "Salkantay" exige solo unos meses de antelación. La opción factible para mí que más me atrajo fue el 'Inka jungel' que contraté y durante cuatro días disfruté de la compañía de un grupo estupendo de compañeros con los que disfruté de caminatas por valles preciosos, descenso en bici, rafting, tirolina, termas y las enseñanzas de un buen guía.


Al cuarto día comenzamos la subida a la ciudadela del Machu Picchu a las cuatro y media de la mañana, bajo una lluvia intensa -ríete de la temporada seca!!-. Lo primero que me llamó la atención es lo grande que es y la belleza del enclave: en la parte superior de un valle profundo, inmersa en la niebla y rodeada casi en su totalidad por el río Urubamba unos 400 m. más abajo. Gracias a ello, la ciudadela no fue descubierta hasta 1911.


Hay varias hipótesis sobre su objetivo, pero parece que los arqueólogos se decantan por pensar que fue un centro de estudio. En el siglo XV los incas querían conocer los secretos del firmamento y unos 500 científicos vivían y realizaban sus estudios allí. Además, un nutrido número de personas se esmeraban en trabajar el granito consiguiendo uniones perfectas entre inmensos bloques, sin necesisdad de arcillas.

-Reloj solar-

-uniones sin morteros-

Tras haberlo visto comprendo q sea una de las 7 maravillas del mundo y me alegra que éste haya sido el punto y final de mi aventura en Sudamérica

En Casita.

Volando hacia Tenerife - 13 de agosto de 2014.

Al principio de este año aterricé en Ushuaia. Lo único que sabia es que no me quedaba otra posibilidad que pedalear hacia el norte. Mi objetivo era tratar de disfrutar de cada día. No sabia cuánto tiempo iba a viajar o por qué lugares iba a pasar. Además, no había entrenado nada. Confiaba en que lo principal para hacer un gran viaje -no confundir con largo- es desearlo, es tener curiosidad por descubrir.

Llevo 8 meses sin coche, sin tele.... SIN WASAP!!! En este tiempo he tenido dos camisetas de ciclista, unas botas, unos crocs, un pantalón desmontable, un plumas, dos cortavientos, una malla y camiseta de manga larga -mi pijama-, ropa interior, guantes, impermeable... y no me ha hecho falta más!!

A veces todos nos preguntamos qué necesitamos para ser feliz. Para mí, cierta cantidad de dinero es importante para asegurarme la tranquilidad de disponer de lo básico, aunque conozco personas que son capaces de tirar para delante sin pararse ante esta necesidad, pero no es mi caso. Sí tengo claro que es un engaño cuando escucho esos anuncios de la lotería que nos intentan convencer de que “no hay sueños baratos”. Nuestro mundo sofisticado y consumista en ocasiones trata de convencernos de que nuestras posesiones nos harán sentirnos mejor, pero resulta que, a veces, esas posesiones nos acaban convirtiendo en esclavos de los pagos, el mantenimiento y la protección de nuestros bienes. Incluso en esclavo del disfrute de esos bienes, y no de otros.

Creo que la felicidad tiene que ver con la alegría y el orgullo que te da saber que estás cumpliendo tus sueños. Hay grandes sueños como educar a unos hijos, o sueños más pequeños como viajar unos meses, pero mientras tengas la ilusión y la determinación de perseguir tu sueño, estarás en el camino de la felicidad. Con momentos mejores y peores, pero estarás recorriendo ese camino marcado por ti.

Albert Casals dice en su libro 'Sin fronteras' que lo principal para ser feliz es ser libres, siendo la libertad la capacidad de elegir nuestros propios objetivos.

El zorro le reveló al Principito un importante secreto: 'no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos'.

El viaje a casa es largo: 22 h de autobús de Cusco a Lima, 12 h de avión de Lima a Madrid y 3 h más hasta Tenerife. Parto desde el frío nocturno cusqueño, con sus más de 3000 m de altitud, pasando por la niebla -garúa- de Lima, hasta llegar al calorcito de Canarias. En comparación con los países que he visitado, Canarias son unos diminutos puntitos en el mapa frente a Marruecos, pero esos puntitos son extraordinariamente hermosos y con un bonito sentimiento de identidad y unidad.


Tras finalizar este viaje, mi sentimiento es de gratitud por todo lo vivido, por los lazos personales establecidos, por los paisajes sobrecogedores que han iluminado mis ojos, por la Vida.

Muchos libros y blogs me dieron alas para iniciar esta aventura. Ahora era el momento de devolver toda esa inspiración.

Gracias a los que han compartido mi viaje a través de este blog.


Sé libre, sé curioso, disfruta el momento .... ¡Vuela!!!

César.



"La felicidad sólo  es real cuando se comparte" - Alexander Supertramp

"Un buen viaje no es un viaje sin problemas, sino un viaje con soluciones a los problemas." - Álvaro Neil

"Si lo que quieres es cumplir 100 años, no vivas como vivo yo." - Joaquín Sabina

-"¿Dónde estás?- Aquí. -¿Qué hora es?- Ahora." - El guerrero pacífico.

"Nadie que hable con orgullo de algo, te dirá que fue fácil." - Sabiduría popular.